ESPARTANOS
Descendientes entrenados para la batalla
En esta nueva
edición de la Cultura del Caos nos
centraremos en una de las civilizaciones que más ha llamado la atención, tanto
por su rica historia cultural como por su famosa forma de entrenar a sus ciudadanos.
No obstante, focalizaremos el análisis en las cuestiones que destacaron en lo
relativo a la sociedad de los Descendientes
que vivieron en Esparta.
Los espartanos
estaban divididos en grupos jerárquicos, según su procedencia sanguínea.
Aquellos que provenían del pueblo indoeuropeo de los dorios, eran los que de
verdad se les consideraban espartiatas. Eran llamados “astoi” o “ciudadanos”,
aunque también se les conocía como “Homoioi” (Pares o iguales). Los Homoioi
eran los únicos que poseían derechos políticos, conformando una minoría
privilegiada ya que al nacer recibían una parcela de tierra, junto con unos “ilotas”,
como aporte del Estado. Además de ser descendiente de otros espartiatas, el
auténtico Homoioi debía haber recibido también la educación espartana (agogé),
o poseer propiedades suficientes como para poder sufragar los gastos de la
ciudadanía.
Por otra parte
estaban los periecos. Eran ciudadanos libres, descendientes de las comunidades
que habían sido sometidas sin el uso de la fuerza. Los periecos no ostentaban
derechos políticos, por lo que no podían tomar parte en las decisiones del
Estado. A pesar de ello, seguían gozando de ciertos derechos, como poseer
bienes o casarse.
En un rango
inferior estaban los “ilotas”. Los ilotas eran los descendientes de las
comunidades campesinas que habían sido sometidas por la fuerza. No se les
consideraban esclavos, sino más bien siervos de propiedad del Estado, por lo
que no se los podía comerciar. Los ilotas eran adscritos a las propiedades que
cultivaban, pudiendo quedarse con parte de la cosecha, una vez se hubiera
restado el pago correspondiente al titular de la hacienda, que solía ser un
cuarto de la producción total. Además, también tenían permitido casarse y tener
hijos. No obstante, los ilotas podían ser solicitados para el ejército, a las
órdenes de sus superiores.
AGOGÉ
La educación espartana
La educación
espartana ha sido considerada como una de las más duras y difíciles de las que
jamás se haya tenido noticia. Estaba orientada a la guerra y el honor. El agogé
era de carácter obligatorio, tanto para hombres y mujeres. Se realizaba de
forma colectiva, pública y a la que sólo tenían acceso los hijos de los
ciudadanos (Homoioi). Sin embargo, algunas veces se permitió el acceso a
algunos periecos e ilotas, sobre todo si alguno de ellos mostraba signos de
pertenecer a alguna de las tres razas de Descendientes.
Según la educación
espartana, lo primero que se realizaba era una dura selección eugenésica de los
niños recién nacidos, los cuales eran examinados por una comisión de ancianos
en el Pórtico, para determinar si era sano. De no ser así, se le consideraría
una lacra y una carga para la sociedad espartana, por lo que se le abandonaba
al pie del monte Taigeto, arrojándolo después a un barranco.
Si, por el
contrario, el niño pasaba la prueba, entonces se lo volvían a confiar a su
familia, recibiendo un lote de tierra del Estado. Cabe mencionar que la
educación recibida en el seno familiar estaba enfocada a endurecerlo y
prepararlo para la futura vida militar, por lo que siempre estaba sometido a
estrictas normas de disciplina, obediencia y sometimiento a la autoridad.
A los siete años
de edad el niño pasa a depender del Estado, momento en el que se le da una
enseñanza muchísimo más severa, inculcándoles técnicas de caza y lucha, así
como de supervivencia. Para los espartanos deja de existir el entorno familiar
y todos los niños pasan a vivir en grupo, bajo el control de un único Regidor, que los someterá a un duro
entrenamiento en condiciones paramilitares. Desde entonces, la educación se
centraba en la extrema dureza, obligándoles a ir descalzos, con una deficiente
alimentación y así fomentar sus habilidades de supervivencia, ya fuera cazando
o robando.
Los espartanos no
sólo realizaban el duro entrenamiento por meras cuestiones militares, sino
también porque, en su idea de buscar al soldado perfecto, se pensaba que con el
agogé, los ciudadanos espartiatas serían capaces de desarrollas sus habilidades
divinas con más intensidad. Por lo general, la educación en los hombres duraba
hasta que surgían indicios de poseer la Ofrenda,
que solía ser entre los 18 y 19 años de edad. Con respecto a las niñas, ellas
solían terminar el agogé en su primera menstruación, normalmente a los catorce
o quince años. En ese preciso momento era cuando contraían matrimonio con un
soldado, para mantener las líneas sanguíneas de los Descendientes, y pasando entonces a la vida privada.
En resumen, hay
que considerar a la sociedad espartana como una de las más tenaces y toscas en
su forma de educar para la vida. Incluso las madres de los espartanos solían
decirles a sus hijos antes de la batalla “con él, o sobre él”, haciendo mención
al escudo de batalla, en el que debía volver vivo con él tras la victoria, o
muerto sobre él tras haber combatido hasta la muerte.
Cabe mencionar
que, casi la gran mayoría de los espartanos eran Descendientes de Raza Héroe.
No obstante, muchos de ellos podría haber sido de alguna otra raza, e incluso Diluidos. Las duras pruebas físicas y los
exigentes entrenamientos que recibían les convertían en auténticas máquinas de
luchar, provocando que en muchos casos los posibles Guardianes u Oráculos no
pudieran desarrollar su Ofrenda de
manera satisfactoria.
Lo más curioso (y
triste…) de todo es pensar en los Descendientes
que fueron drásticamente rechazados en el Pórtico y que a día de hoy, de no
haber sido abandonados, hubieran podido aparecer en los libros de historia como
grandes Descendientes del Caos.
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