domingo, 1 de junio de 2014

Descendientes en la Historia: Cleopatra

Cleopatra VII

Cleopatra Filpator Nea Thea, o Cleopatra VII fue la última reina de Egipto, y perteneció a la dinastía de los Lágidas o Ptolomeos. Fue una Descendiente que tuvo una gran influencia en las decisiones políticas de Egipto y Roma, gracias al poder de su Ofrenda. Ha habido muchas líneas de investigación con respecto a los poderes que pudo haber desarrollado, aunque las hipótesis finales orientan sus capacidades hacia una Ofrenda de la Raza Héroe. Pero antes de entrar al análisis habría que destacar cómo fue su niñez.

Cleopatra nació en el año 69 .a.C y tuvo dos hermanas mayores (Berenice IV y Cleopatra VI), una hermana menor (Arsinoe IV) y dos hermanos menores (Ptolomeo XIII y Ptolomeo XIV), con quienes se casó más adelante. Tanto Cleopatra como sus hermanos y hermanas fueron instruidos bajo la cultura Helénica. A pesar de recibir una educación puramente griega, Cleopatra fue la primera faraona de la era Ptolemaica en hablar el idioma egipcio. En la antigüedad, se solía presentar a los Descendientes en público cuando desarrollaban su Ofrenda, hecho que sucedió a los 14 años. Por aquel entonces, Cleopatra ya era famosa por su sabiduría, lo que hace pensar que su Ofrenda apareció a más temprana edad (probablemente entre 2 o 3 años antes), aunque no fue hasta los 14 años cuando se la presentó en público.

Según se ha sabido, Cleopatra era capaz de hablar 7 u 8 idiomas, entre ellos el griego, hebreo, sirio, egipcio, arameo, y, aunque no hay nada confirmado, se dice que conocía y entendía a la perfección el latín. También poseía conocimientos de música, historia y ciencias políticas. Además, fue muy buena en matemáticas, literatura, astronomía y medicina. Resulta curioso que una joven pudiera adquirir tantos conocimientos en tan poco tiempo de vida, pero es que las habilidades de Cleopatra eran extraordinarias.

En un principio se pensó que Cleopatra era una Descendiente de Raza Oráculo, con capacidades de control mental, demostrado sobre todo con sus dos grandes amantes: Cayo Julio César y su sucesor, Marco Antonio, a quienes influyó de manera significativa en sus argucias para con el pueblo egipcio. Sin embargo, Plutarco se refirió a ella en los siguientes términos:

«Se pretende que su belleza, considerada en sí misma, no era tan incomparable como para causar asombro y admiración, pero su trato era tal, que resultaba imposible resistirse. Los encantos de su figura, secundados por las gentilezas de su conversación y por todas las gracias que se desprenden de una feliz personalidad, dejaban en la mente un aguijón que penetraba hasta lo más vivo. Poseía una voluptuosidad infinita al hablar, y tanta dulzura y armonía en el son de su voz que su lengua era como un instrumento de varias cuerdas que manejaba fácilmente y del que extraía, como bien le convenía, los más delicados matices del lenguaje».

Tras analizar esta descripción, los eruditos del Alto Tribunal cambiaron sus primeras conclusiones, y descubrieron que el verdadero poder de Cleopatra consistía en la capacidad de modular su voz. Concretamente, Cleopatra era capaz de generar ondas Alfa al hablar y, de esa manera, estimular a aquellos que la escuchaban. Las ondas Alfa son oscilaciones electromágnéticas en el rango de frecuencia de 8-13 Hz que surgen de la actividad eléctrica sincrónica y coherente de las células cerebrales de la zona del tálamo. El patrón de onda cerebral Alfa se divide, a su vez, en dos subtipos: onda Alfa superficial y onda Alfa profunda. Y en este segundo estado es cuando el cuerpo se encuentra profundamente relajado, pero consciente. El cerebro en estado Alfa profundo se asocia a un “superaprendizaje”, por lo que se puede procesar mucha información de manera rápida y eficiente. Los investigadores llegaron a la conclusión de que Cleopatra aprovechó esa capacidad en sí misma, y de esa forma poder asimilar una gran cantidad de información en tan poco tiempo.

Por otra parte, la modulación de su voz influía de forma certera en aquellos que la escuchaban hablar, de manera que gracias a sus capacidades de sofismo podía ejercer una gran presión en las decisiones de sus interlocutores.



Tras estudiar detenidamente la breve pero intensa vida de esta gran mujer, los eruditos del Tribunal del Caos llegaron a la conclusión de que Cleopatra era una Descendiente de Raza Héroe, con el Rango de Descendiente. Aunque posiblemente, lo que más destacó en ella fue su increíble personalidad impulsiva, caprichosa, ingenua, espontánea, apasionada, diplomática y constante, que fueron tal vez, las cualidades que realmente hipnotizaron a aquellos que convivieron a su lado.