Aníbal fue un general y
estadista cartaginés que destacó por sus grandes dotes de estrategia. Nació el
247 a.C. y falleció el 183 a.C. Fue uno de los generales más activo de la
Segunda Guerra Púnica, y del que son bien conocidas sus hazañas militares y bélicas.
Aníbal y su ejército, en el que se incluían elefantes de guerra, partieron de
Hispania y atravesaron los Pirineos y los Alpes con el objetivo de conquistar
el norte de Italia.
Cabe destacar que Aníbal
Barca fue el hijo mayor del general Amílcar Barca. Con respecto al nombre de
Barca, se sabe que este no era su apellido, si no que era un apelativo que, en
lengua púnica, significa “rayo”. Los eruditos del Tribunal del Caos no tienen ninguna duda a la hora de clasificar a
Aníbal Barca como un Descendiente de
Raza Guardián, con la capacidad de generar electricidad y manipular campos
electroestáticos, pudiendo generar descargas eléctricas a voluntad. En un
principio, algunos pensadores creyeron que la Ofrenda de Aníbal tenía que ver más con la capacidad de comunicarse
con los animales, habilidad más orientada a la Raza Oráculo que a la de Guardián,
basándose en la destacada hazaña militar de atravesar los Pirineos y los Alpes
con elefantes de guerra. No obstante, aquello quedó como un hecho anecdótico, fruto
de la gran habilidad y destreza para la estrategia.
Se cree que el Regidor de Aníbal fue un preceptor
espartano, llamado Sosilos, quien le instruyó en el desarrollo de su Ofrenda, además de educarle en las
letras, y en el arte de la guerra, inculcándole el método de razonamiento conocido
como “metis”, basando en la inteligencia y la astucia.
Aníbal fue, sin duda, uno de
los Descendientes más temidos por
Roma, hasta el punto de que su padre, Amílcar, le hizo jurar que nunca pactaría
con Roma y que lucharía siempre a hierro y fuego contra ella.
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